AMELIA EARHART

(AVIADORA)

Amelia Earhart nació el 24 de julio de 1898 en Atchison, Estados Unidos, hija de Edwin Earhart y Amy Otis.

La mayor parte de su infancia la pasó con sus abuelos maternos, su abuelo era un juez federal retirado que pensaba que el padre de Amelia no estaba en condiciones de proveer a su familia de un estilo de vida holgado.

En su infancia asombró (cosa normal a principios del siglo XX) que diera muestras de una personalidad audaz ejerciendo actividades que se suponían eran cosa de chicos, escalaba árboles, se deslizaba en trineo o disparaba con un rifle a las ratas. Otra de sus aficiones era coleccionar recortes de prensa sobre mujeres famosas que sobresalían en actividades tradicionalmente masculinas.

Por motivos de trabajo a los ocho años se desplazó toda la familia a Iowa donde pudo ver su primer aeroplano durante la feria estatal aunque en un principio no le llamó la a tención pues no era mas que madera u cables oxidados. Más tarde volvieron a coger las maletas y se mudaron a Minesota tras ser despedido su padre a causa de su alcoholismo para pasar después a residir en Missouri donde Edwin creía tener trabajo, al no poder conseguirlo Amy, su madre, enfadada cogió a sus dos hijos y se marchó a Chicago.

Durante la Primera Guerra Mundial se alistó voluntaria para labores de enfermería en Toronto, atendiendo a los soldados heridos en combate y donde visitó el campo del Cuerpo Aereo Real lo que despertó en ella según sus palabras el gusanillo de la aviación.

Una vez más con las maletas a cuestas se desplazaron a Los Ángeles  para reunirse con su padre y asistió a un espectáculo aereo donde consiguió que la llevaran durante unos minutos en un biplano y fue en ese instante cuando supo su verdadera vocación.

Empezó a recibir clases de aviación de la instructora Neta Snook y consiguió hacerse con un prototipo de aeroplano Kinner, pero su instructora no daba un centavo por su futuro como piloto (cuánto se equivocaba) y con 24 años ya obtuvo su primer recors al volar a más de 4000 metros de altura, pero otra vez mudanza, dejó por un tiempo la aviación y compró un coche para cruzar de nuevo el país y llevar a su madre a Boston donde se hizo un nombre y pasar a ser reconocida por un periódico local como una de las mejores pilotos del país.

En 1928 formó parte de la expedición que cruzó el Atlántico desde Terranova hasta el sur de Gales junto con el piloto Wilmer Stultz y el mecánico Louis Gordon y a pesar de que ella misma reconoció que odo el trabajo lo habían hecho ellos laprensa dejó un poco de lado a los varones y acosándola a ella. A raiz de ese viaje se le empezó a conocer como Lady Lindy por su parecido con el famoso piloto Charles Lindbergh. Su fama fue craciendo rápidamente y se dedicó a dar conferencias gracias a la colaboración del editor-y futuro marido- George Putnam quien le alludó a publicar su libro "Veinte horas y cuarenta minutos".

Se dedicó a dar notoriedad a la aviación entre las mujeres y organizó una carrera aerea a través del país, fundó y dirigió la organización Las noventa y nueve pues ese era el numero de aviadoras que formaban parte.

Durante esa etapa y ante los rumores de que otras mujeres estaban preparándolo se propuso la aventura de cruzar el aylántico en solitario pues desde que lo hiciera Lindbergh nadie, ni hombre ni mujer lo había intentado. El día 20 de mayo realizó el viaje con éxito llevando consigo como alimento solamente un termo de sopa y una lata de zumo de tomate y se mantuvo despierta oliendo sales puesto qu eno tomaba café ni té. Al aterrizar en el norte de Irlanda, tras bajarse del avión compartió unas palabras con un hombre que se acercaba por ahí:
-¿Dónde estoy? preguntó Amelia
-En el pastizal de Gallegher, ¿vienes de lejos?
-De Estados Unidos.
Podéis imaginaros la cara del pobre hombre.
Esta travesía trajo consigo varios hitos, primera mujer en sobrevolar el Atlántico en solitario, lógicamente la distancia sin parar jamás realizada por una mujer, primera persona en hacerlo dos veces y menor tiempo invertido en ello.

No contenta con eso en 1934 le comunicó a su marido su siguiente reto que sería volar a través del Pacífico desde Hawaii hasta California donde concluyó la aventura el 11 de enero de 1935 consiguiendo lo que otros diez pilotos intentaron sin conseguirlo y muriendo en el intento. A partir de ahí tuvo el reconocimiento mundial, se le otorgaron infinidad de premios y condecoraciones etc...pero en su mente ya pululaba su gran aventura, dar la vuelta al mundo rodeando el ecuador o lo que es lo mismo hacer la mayor distancia posible. Tras un primer intento fallido por una vería en el avión al despegar Amelia junto con Fred Noonan quin fue elegido como ínico navegante el 1 de junio de 1937 partieron de Miami rumbo a Perto Rico, de ahí a Venezuela para partir rumbo a África y el Mar Rojo, después Pakistán y la isla de Java donde se le ralizaron reparaciones al aparato. En este punto enfermó de disentería pero salieron hacia Australia y Papúa Nueva Guinea. Se comunicaría a partir de ahi con el guardacostas americano Itasca pero debido al mal estado del tiempo las comunicaciones fuero deficientes y cortas hasta su última conexión diciendo que se agotaba el combustible el 2 de julio de  1937 y despué de varios intentos por localizarla  con numerosos medios (Roosevelt dispuso de 9 barcos y 66 aviones) se le dio por desaperecida.